Atravesé la Plaza de San Marcos. El Gran Café Florián abría sus puertas puntual como siempre. Sus camareros me saludaron al pasar. Adelanté el paso. Caminé por delante de la basílica y doblé la esquina por la fachada del Palacio Ducal hasta colocarme delante del Ponte dei Sospiri que cruza las aguas verdosas del Río di Palazzo.
Allí parada pensé en la última vez que estuve aquí. Recordé que Venecia es una ciudad de puentes. Concretamente dicen que tiene entre 350 y 500. Unos públicos y otros privados. Es comprensible si pensamos que se trata de una ciudad flotante, rodeada de agua. El primero de todos y el más grande, el de la Libertad, la une al continente. Y en su interior, está poblada por otros muchos que facilitan su recorrido y sirven para cruzar calles y plazas o para atravesar el Gran Canal.
Recorrer esta ciudad de tu mano resultó, entonces, como tender un puente a una relación anterior que ya destilaba crisis por los cuatro costados. Contigo pasé página y recuperé mi tiempo. Olvidé mis diferencias y limé algunas asperezas del pasado. Hice una pausa. Y finalmente abrí un paréntesis a la vida, un inciso que duró, exactamente ocho días, tras los cuales cada cual siguió su camino, aunque amigos para siempre.
Los puentes unen. Acortan caminos. Acercan, y también, separan. En cualquier caso, casi siempre se acaban cruzando. Entre tú y yo hubo un puente tendido para que yo pasara a la otra orilla. Para que dejara atrás un trozo de ayer y me abriera a un nuevo mañana. No llegaste para quedarte sólo para estar un breve instante. Sólo una parada. Ambos lo sabíamos, lo queríamos, lo aceptamos. Y estuvo bien aquel intervalo, sereno y luminoso como un atardecer de verano.
Miré de nuevo hacia el pequeño puente y suspiré, como seguramente hicieron tantos otros prisiones de antaño, que camino de la prisión, miraban al canal nostálgicos. Solo que yo, esta vez, lo hacía sin melancolía ni añoranza, más bien liberada por salir de ellas.
©lady_p
Participación en el reto “Relatos Jueveros” desde el Blog de Molídelcanyer. Este jueves dedicado al tema: puentes.
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Hola, Lady.
Estuve, hace ya tiempo, en Venecia y es como la pintas. El ambiente, húmedo y taciturno, invita a pensar con cierta melancolía. Un escenario idóneo para tu relato. Felicidades.
Un Abrazo.
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Hola, Lady: un relato nostálgico, en una ciudad mágica y rodeada de puentes, no llegó para quedarse, solo estuvo un instante, bonita frase y párrafo. Bien escrito.
Un abrazo. 🙂
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Gracias Merchest! Un abrazo!
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La descripción que haces del recorrido desde la plaza de San Marcos, el Palacio Ducal y el puente de los suspiros es una introducción que me parece magistral, sin exagerar en absoluto. Consigues que me haga sentir protagonista de la historia. Que el puente más grande que une la ciudad con el gran continente se llame de la Libertad, es muy simbólico.
Me alegra mucho que el sentimiento de la protagonista fuese quedar liberada. Buen fina de relato.
Enhorabuena lady_p.
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Muchas gracias Marcos por tu amable lectura. Nos leemos!
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Por cierto, podrías decirme si te llegan mis comentarios? A veces me dice que están repetidos …
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Sí, sí que me llegan. Es un problema que llevo casi tres semanas intentando que lo arregle wordpress sin éxito. No hagas caso si dice que se duplican por que están publicados.
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Gracias!
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Hola Lady, los puentes unen y desunen, duró ocho días y pasó página. Un relato lleno de melancolía. Un abrazo
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Sí, recordar Venecia me provoca ese sentimiento…Un abrazo!
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Una delicia de relato, no solo hablas de los puentes de esa ciudad, que es una belleza en sí, sino de un amor que dura solo una semana, pero que fue lo suficiente para tenerla en la memoria eternamente. Vamos el colofón. Me ha gustado, no sabes cuanto. Un fuerte abrazo.
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Muchas gracias Campi. No sabes cómo me alegra que te guste. Un abrazo!
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¿Dónde puede haber más puentes? Creo que en ninguna parte, quizá esa «ninguna parte» es la que pone tanta nostalgia en este texto.
Haz perfilado un estupendo paseo por la ciudad 🙂
Un beso grande.
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Venecia es una de mis ciudades favoritas aunque me produzca nostalgia. Gracias. Un abrazo!
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Hola Lady.
El recorrido que haces por las calles, los datos, la historia vivida en esa ciudad…
Me encantó.
Buen fin de semana.
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Muchas gracias Ardilla. Un abrazo!
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Romántico y melancólico relato, me ha gustado mucho y manera de contarlo, en una ciudad idílica como Venecia.
Un abrazo.
PATRICIA F.
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Gracias Patricia!
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«Los puentes unen. Acortan caminos. Acercan, y también, separan. En cualquier caso, casi siempre se acaban cruzando» muy cierto. Todo depende de cómo los miremos. Un abrazo
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Gracias Mónica! Un abrazo!
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