La librería

Historia de la mujer semilla

Entré en la librería. No busco nada en particular. Solo miro. Toco los libros, los abro, los huelo. Luego observo la portada y la contraportada. Es un ritual que repito una y otra vez, cuando me encuentro en este sancta sanctorum, el templo sagrado de los libros. Y de repente miro hacia la parte baja de una estantería y compruebo que asoma el delgado lomo de un pequeño libro, que a primera vista parece un cuento, por el dibujo de su portada, titulado: Historia de la mujer semilla. Su autora, una joven ceutí, Gloria Lizano López, que estudió Bellas Artes en Sevilla, además de escribir el texto ha realizado las ilustraciones.

‘Una imagen vale más que mil palabras’, este fue lo primero que me vino a la cabeza tras ojearlo. Apenas veinticinco páginas, ocupadas al cien por cien por hermosos y originales dibujos, que tienen como protagonista a la mujer encarnando el mito de la fertilidad. Sobre cada uno de ellos, dos o tres líneas de texto, con un estilo sencillo y expresivo, que habla de mujeres recolectoras que compartían lo aprendido, mujeres rodadoras que se transforman a placer, mujeres que aprenden el significado de sí mismas, cuya capacidad de cambio les otorga el poder y control sobre ellas mismas. Unas pocas palabras bastan para expresar el continuo renacimiento de la vida. La semilla es la metáfora que sirve de hilo conductor y narra el poder femenino de la reproducción. Una historia que reivindica la necesidad de cambio, el renacer en las diferentes etapas de la vida en las que morimos para después renacer.

En la contraportada leo: «Érase una vez un libro que todos los hijos deberían leer a sus madres al menos una vez en la vida».  

Y pienso que tal vez yo habría añadido: absténganse de leer este libro quienes no sean capaces de mirar en su interior, ni llegar más allá de la literalidad de las palabras…

Al final lo compré, lo leí tomándome un café y reglón seguido lo regalé…Este es un libro que debía itinerar de una mujer a otra…