El último viaje

Desde el blog ‘Acervo de letras’ el Vadereto de este mes de abril nos invitan a escribir sobre una ‘vigilia noctámbula: misterio, terror, suspense…’

Viajaban de noche. Habían decidido hacerlo así cuando los viajes eran largos porque él se ponías histérico escuchando a su hijo preguntar cada cinco minutos que cuánto faltaba para llegar.

El día anterior Amanda y Pablo intentaban descansar lo más posible. Preparaban el asiento de atrás como una cama, con sábanas y una almohada para que el pequeño descansara a pierna suelta. Y justo cuando se dormía, a la hora de siempre, lo metían en el coche y el viaje comenzaba.

El primer tramo era sencillo, por eso retrasan lo más posible la primera parada que solía llegar al primer bostezo. Entonces sacaban el termo y pequeños bocaditos para acompañar. La autovía era toda suya. No encontraban un alma a excepción de algún que otro camión. Iban tranquilos charlando y mirando al niño de vez en cuando. Nada ni nadie podía imaginar lo que les esperaba.

Llevaban cuatro horas de camino cuando Amanda lo relevó al volante. Salían de una gasolinera y cuando se incorporó a la  vía, unas luces que venían de frente, la deslumbraron. Amanda aminoró la marcha e intentó echarse a un lado pero fue imposible esquivar el golpe de cola de un enorme tráiler que perdió el control y el coche fue arrojado con fuerza hacia un terreno poblado de árboles cercana a un área de servicio.

Todo sucedió muy rápido. Cuando Pablo abrió los ojos, miró a Amanda y vio el asiento vacío. Ella había salido despedida atravesando la luna delantera. El único faro que permanecía encendido, entre un amasijo de hierros, iluminaba su cuerpo boca abajo a tres metros del coche. Luego se volvió y miró a su hijo.  Había caído detrás de tu asiento. No se movía.

Instintivamente comprobó que no estaba herido. Ni un rasguño. Podía mover las piernas y los brazos, aunque resultaba imposible salir porque la puerta estaba atascada. La empujó varias veces con el hombro hasta que comenzó a ceder. A continuación se apoyó en el asiento de al lado para poder levantar las piernas y de una patada abrirla. Salió fuera. Se sentía mareado, aturdido. Corrió hacia Amanda. Recordó por las películas que es mejor no mover el cuerpo. Así que se limitó a comprobar si respiraba. Le pareció que sí. Luego sacó al niño y lo colocó junto a su madre.

Y entonces unas potentes luces alumbraron el lugar. Pensó que eran los faros de un camión que había parado. Vio acercarse a dos hombres. Divisaba sus siluetas negras a contraluz entre los árboles y comenzó a gritar: «¡Aquí, aquí! ¡Ayuda por favor!».

Cuando se acercaron les pidió que llamaran a una ambulancia. Se vino abajo y lloró. Gritó considerando que su hijo y su mujer habían muerto. Los hombres, se acercaron y le dijeron: «Despídete, te tienes que venir con nosotros. Ellos sí están vivos».

©lady_p

8 comentarios sobre “El último viaje

  1. Uff, intenso relato, Lady.

    Deduzco por el final, que es el marido el que continuará viajando entre las estrellas.

    Muy bueno el ritmo, in crescendo, para llevarnos a ese final tan impactante.

    He pasado demasiados años en la carretera para atestiguar que por mucho cuidado que lleves, el destino juega contigo a los dados.

    Felicidades, muchas gracias por tu participación.

    Abrazo grande.

    Le gusta a 1 persona

  2. Hola Lady, será que me falta imaginación pero el final no me dijo mucho. Luego leí el comentario de José y entendí entonces que quizás esos dos hombres que venían para llevárselo indican que quizás el muerto es él. Quizás un poquito más de «pistas» para deducir eso serían deseables. Igual la que no captó soy yo. Me gustó bastante y tiene un muy buen ritmo de entrada. Saludos.

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario