La entrevista

En ‘Relatos Jueveros’ desde el Blog ‘Neogéminis’ se nos invita a un nuevo reto: escribir una historia en la que la incomodidad forme parte del nudo del asunto.

Miki era tartamudo. Fuimos compañeros en el colegio y después en el instituto. Era un chaval estupendo pero su tartamudez me hacía sentir tremendamente incómoda. Recuerdo que lo pasaba muy mal cuando se atascaba. Me ponía nerviosa. Me aceleraba y tendía a completar sus frases. Era un chico inseguro y tímido, consciente de su dificultad para construir palabras y enlazarlas de corrido.

Pues bien, han pasado treinta años y Miki –Miguel Aguirre- es ahora un escritor reconocido, con algún que otro premio a sus espaldas. Escribe cuentos y relatos infantiles y el periódico me ha concedido el honor de entrevistarle.

Al principio, cuando me asignaron esta tarea, no sabía que era él. Pero recopilando información enseguida lo reconocí. Recordaba que se sentaba a mi lado en clase. Pero su continuo balbuceo se convirtió en una barrera insalvable para mí y me distancié.  

El caso es que tenía que volver a verlo. Peor aún. Tenía que entrevistarlo y no había manera de eludir aquel encuentro. Así que lo llamé por teléfono para quedar. Primero me presenté y luego le comenté que habíamos sido compañeros. Él contestó a todo con escuetos monosílabos o frases cortas. Y quedamos para el día siguiente en la cafetería del periódico.

A las 12.00 en punto un hombre alto y fornido me esperaba en la puerta. ¡Quién lo iba a decir! Aquel chico larguirucho, delgado y con espinillas en la cara, era un hombre atractivo, con un excelente aspecto. Intenté estar relajada y recordar que la tartamudez no estaba reñida con su brillantez como escritor.

Para mi sorpresa Miguel Aguirre, Miki, se expresaba apenas sin tropiezos. Me contó cómo fueron sus comienzos y lo terapéutico que había resultado escribir para niños, relacionarse con ellos. Su inocencia e ingenuidad le transmitieron seguridad y confianza. Me contó que toda la fluidez que le falta al hablar le sobraba al escribir. Que el silencio y la soledad de la adolescencia se convirtieron en espacios increíblemente creativos, pues gran parte de su obra la concibió en esa etapa.

La entrevista fue un éxito en lo profesional y todo un logro en lo personal. Recibí una gran lección de resiliencia y superación. Y aquella sensación de incomodidad que sentía ante su presencia se desvaneció para siempre.

©lady_p