Después de varios días navegando sin rumbo, alcanzamos una frondosa isla. Estaba llena de árboles y de palmeras cargadas de cocos. Descansamos y la recorrimos para hacernos una idea de su tamaño: nos pareció inmensa. Pensamos que tardarían en encontrarnos. No tenía ni idea de lo que me aguardaba, pero cuando cayó el día y contemplé aquel atardecer rojo, supe que llegar hasta aquí había merecido la pena.
©lady_p
Participación en el reto ‘Cinco Líneas’ desde el Blog de Adella Brac. Este mes con las palabras días, isla y rojo.
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