Esa no soy yo

En el mes de marzo, desde el Tintero de Oro queremos desafiar a nuestra comunidad a un microrreto musical.La música va a tener que estar presente en nuestros trabajos. pero no la utilizaremos como una anécdota sino como un personaje más del relato, un elemento indispensable o el eje sobre el que se articule.

Yo no soy esa que tú te imaginas, una señorita tranquila y sencilla, que ríe por nada diciendo si a todo, esa no soy yo…

Soy mucho más rebelde y lo sabes. No dejo títere con cabeza si la situación lo requiere y peleo hasta la extenuación si quiero algo o si veo peligrar lo mío.

Yo no soy esa que tú te creías, la paloma blanca que te baila el agua, que ríe por nada diciendo sí a todo. Esa no soy yo. No creas que me convencen todas tus propuestas y mucho menos tú forma de vida. Sólo intento que haya paz entre nosotros y con frecuencia te dejo estar y no te llevo la contraria. Pero no te equivoques, esa no soy yo.

No podrás presumir jamás, de haber jugado con la verdad, con el amor de los demás. Porque todos te hemos calado y sabemos bien cómo eres y lo que buscas. Pero no te equivoques, no confundas la tolerancia o la paciencia con la aceptación.

Pero si buscas tan solo aventuras, amigo, pon guardia a toda tu casa. Yo no soy esa que pierde esperanzas. Piénsalo ya. Decídete.. No te esperaré siempre. Si te marchas ahora no estaré aquí cuando vuelvas. Tengo demasiado claro quién soy y lo que quiero. No estoy dispuesta a menos, porque yo no soy esa que tú te imaginas, una señorita tranquila y sencilla, que un día abandonas y siempre perdona… Esa no soy yo.

®lady_p

Si te gusta vota y comenta!

Miradas

Para la convocatoria de este mes en ENTC tenemos la palabra MAMIHLAPINATAPAI, palabra que proviene de la lengua hablada por los yaganes de la Patagonia. Dicho término describe ‘una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar’

Sentados en la consulta, esperábamos nerviosos el diagnóstico. Ya nos temíamos lo peor, aunque intentábamos mantener la esperanza. El doctor se sentó frente a nosotros, nos miró fijamente y nos explicó con voz grave la enfermedad, su tratamiento y los cuidados requeridos. Enseguida nuestras manos se buscaron bajo la mesa. Las estrechamos y entrelazamos. Ambos adivinamos una necesidad imperiosa de sentir piel con piel. Estábamos en un verdadero aprieto pues la cosa revestía la máxima gravedad.

Por unos segundos casi esbozo una sonrisa al evocar aquellos instantes felices compartidos a lo largo y ancho de toda una vida en su compañía. Nuestra complicidad era tal que me bastaba mirarlo a los ojos para saber cómo estaba o qué pensaba. Y entonces sucedió. Nos miramos porque queríamos saber cuánto nos quedaba, pero ninguno preguntó. Nos bastó unir y apretar las manos y dejar que el silencio nos empapara a todos. Nos miramos sí, nos miramos y lo supimos. Y eso fue todo.

®lady_p

Si te gustó vota o comenta!

Quid pro quo

participación en el consurso mensual sobre abogados, este mes hay que incluir las palabras Declaración, mujer, creer, equidad y rechazada.

Imagen: Internet

Regresé al bufete para revisar la declaración. Aquella mujer no mentía aunque nadie pudiera creer que no fuera culpable. La verdad es que no tuvo alternativa, era ella o él. Cualquiera en su lugar hubiera actuado igual y ser un peso pesado del mundillo del cine no otorga ningún derecho extra. No obstante, a primera vista, parece suficiente para que su relato fuera bien visto por simpatizantes varios y ella rechazada por su aspecto.

El día que tocó impartir justicia, los jueces actuaron con equidad, rectitud y objetividad. Los implicados expusieron su versión de los hechos y aquellos señalaron penas y sanciones acordes a la ley. Y si bien es cierto que ella intentó matarlo, también lo es que él atentó contra uno de los valores fundamentales de la condición humana: la dignidad. Al final todo quedó en quid pro quo...

®lady_p

Si te gusta vota o comenta!

Un asesinato fallido

Esta semana en ‘Relatos Jueveros’, el Blog de Marcos nos propone un reto ‘explorador’, relacionado con la aventura de ‘viajar’ para hacer un descubrimiento: huellas de otras civilizaciones, la investigación de un crimen, los restos de un naufragio, hallar una persona desaparecida o encontrar un mensaje en una botella.

La inspectora Amaia Iraola llegó por los pelos a la estación. Subió al tren. Se dirigió al vagón silencio y se acomodó en su asiento. Estaba sofocada porque había llegado corriendo a causa de un atasco en el centro de la ciudad. Se quitó la bufanda y el abrigo. Desplegó la mesa portátil y colocó el bolso repleto de papeles y carpetas. Luego respiró profundamente varias veces y se calmó.

Le encantaba el tren. De hecho podía haber volado y ahorrarse unas horas de viaje, pero desde pequeña el traqueteo la relajaba y ese sonido característico al pasar por los puentes y estaciones la sumía en una agradable sensación. Su mente alcanzaba un grado de lucidez tal que muchos casos los resolvía durante el trayecto, empleando esas horas en ordenar sus ideas y apuntar en su libreta cuántos pensamientos acudieran a su mente.

El caso que tenía entre manos le preocupaba. Para resolverlo debía confiar en la información de un soplón del que no se fiaba. Pero había empleado demasiado tiempo, necesitaba resolver ese crimen, dejarlo atrás. De momento tenía ocho horas por delante para repasarlo todo y trabajar su hipótesis. Pidió un café y un donut, hacía horas que no comía. Y después decidió dar una cabezada para despejar.

De repente la puerta de vagón se abrió y allí estaba El Zurdo, un famoso delincuente común, un ratero, que había conmutado condena a cambio de informar. Ambos se miraron a los ojos. El Zurdo se encaminó hacia ella y se sentó en el asiento de al lado: «No volveré a ser tu chivato», dijo apretando los dientes. Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta, sacó una afilada navaja y la hundió hasta la empuñadura en su estómago. La inspectora tapó la herida con la mano para detener el sangrado y con un hilo de voz gritó: «Socorro, deténganle, es El Zurdo». Y a lo lejos escuchó una voz que repetía una y otra vez: «Señorita, señorita, despierte, hemos llegado».

Amaia abrió los ojos, se miró el estómago y sonrió. Nunca se alegró tanto de acabar un viaje.

®lady_p

Si te gusta vota y comenta!

Inocentemente culpable

Desde el Blog ‘Escribe Fino’ el reto dedicado a ‘viernes creativo’, nos invita a escribir sobre esta foto de Stefania Mucci: “La Inspectora Torres ha resuelto el caso, sabes que eres culpable de los hechos, pero ¿cuáles son los hechos? Ahora que se ha descubierto todo, puedes hacer tu confesión”. 
Fotografía: Stefanía Mucci

Tenía entre mis manos el periódico del día. No podía dejar de mirar la foto de la inspectora. Al parecer había sido sorprendida en la terraza de un bar, a punto de tomar algo para disfrutar su victoria, considerando que por fin había cerrado el caso y me habían condenado a diez años de cárcel por un delito que no cometí. Ahora ya conozco la verdad, aunque la inocencia no vale nada si no se demuestra y yo no puedo demostrarla. Todo está en mí contra: estaba en el lugar menos oportuno, en el momento justo y sin coartada. ¡Qué más se puede pedir! Se lo serví en bandeja. Todas las pruebas me señalaban y todos los testigos me reconocían. «La inspectora Torres es una mujer concienzuda o al menos tiene fama de serlo», me repetía a mí mismo durante la investigación.  Por eso, cuando me miraba a los ojos yo los abría de par en par como queriendo que mirara bien dentro para ver si así reconocía la verdad. Mi actitud era la de alguien cuyo único miedo era que le confundieran con el verdadero culpable. En los interrogatorios yo estaba tranquilo. Respondía rápido y no eludía ninguna pregunta. Ni siquiera me importaba no tener abogado, seguro como estaba de que en cualquier momento aparecería el auténtico responsable. Alguien con rasgos parecidos a mí o ese doble que dicen que todos tenemos…

Una tarde sentí que aporreaban la puerta de mi celda: el funcionario de guardia me avisaba que tenía una agradable visita. Me custodió hasta el locutorio y de repente, me encontré frente a un joven idéntico a mí que sonreía tras el cristal. Ni siquiera parpadeé y como un autómata, sin poder pronunciar una sola palabra, me senté cara a cara con él y le oí decir:

−¿Sorprendido? Somos gemelos monocigóticos, con idéntica genética al 100%. Fuimos adoptados por separado al nacer. Ahora ya sabes la verdad y también por qué estás tú ahí dentro y yo aquí fuera. Gracias hermano.

Esta es toda la verdad, una verdad que desgraciadamente nunca podré demostrar.

®lady_p

Si te gusta vota y comenta!

Una habitación propia…

Esta semana en ‘Relatos Jueveros’ el Blog de Mag, ‘La trastienda del pecado’ nos invita a escribir desde el contexto del mundo onírico y crear una historia con un personaje célebre como personaje: Newton, Einstein, Frida Kahlo… o cualquier otro.
Fotografía: Internet

La idea de tener ‘una habitación propia’ donde pasar mi tiempo y dedicarme a mis cosas, traía consigo hacer algunos cambios en el resto de la casa. Pero estaba decidida y me puse a ello. Pasé el día cambiando muebles de un lugar a otro, trasladando libros, reservándome una butaca especialmente diseñada para la lectura en la que me senté. Apenas un instante después un ligero sopor se apoderó de mí. Ladeé un poco la cabeza y dejé que el sueño me atrapara. Pasados unos segundos, entreabrí los ojos y me encontré frente a Virginia Wolf, que con los brazos en jarra me preguntaba: «¿Esta será tu habitación?». Contesté que sí, que estaba aún sin acabar. «¿Dónde pondrás tu máquina de escribir?», preguntó interesada. Contesté que ahora se usaba algo llamado ‘ordenador’ y que lo pondría en una mesa ante la ventana. Entonces me explicó que su habitación tenía chimenea y un ventanal desde donde se veían árboles y un bosque. Estaba obsesionada con la luz y el orden. Mirando fijamente la butaca, me pidió permiso para sentarse. Se lo di y nada más acomodarse cerró los ojos y se durmió.

Aprovechando su sueño, acabé de colocar la estantería y los libros. Colgué algunos cuadros y un corcho con pósit y fotos. Ella descansaba plácidamente y yo contemplaba su serenidad, preguntándome qué estaría soñando.

De repente, con el resplandor de sol en la cara, abrió los ojos. Me dijo sonriente que había sido un sueño reparador y que había soñado que estaba en su casa con su hermano Thoby, debatiendo sobre Orlando. Al parecer su hermano rebatía algunos aspectos de la obra, matices que ella no admitía a discusión: «lo escrito, escrito está» comentaba.

Y mientras me contaba todas estas cosas, un estrepitoso ruido me sobresaltó. Abrí los ojos y allí estaba yo sentada en mi butaca, con todos los muebles por medio, la librería a mis pies hecha pedazos y los libros esparcidos a mí alrededor.

Por la noche todo estaba recogido. Miré mi habitación ya acabada y pensé que a Virginia seguramente le gustaría…

©lady_p

Si te gusta vota y comenta!

Un puesto ambulante

Desde el Blog ‘Escribe fino’el reto dedicado a ‘viernes creativo’, nos invita a escribir sobre esta foto de Amalia Márquez tomada en Agadir, marruecos.

Apenas amanece, Omar se dispone a abrir su puesto ambulante. Está aparcado al borde de una carretera poco transitada, cerca de una barriada. Una vez abiertos tres de sus cuatro laterales, pone a la calentar el infernillo donde cocina su especialidad: los trid o pequeños dulces y los baghir, unas tortillas de harina muy parecidas a las creps. Ambas delicias son muy populares y tienen un precio muy asequible. Aparte, también vende un batiburrillo de cosas muy dispares: tabaco, mecheros, chucherías y hasta pilas.

Al pasar tantas horas en el puesto, lo tiene bien acondicionado: se protege del sol con una lona, posee una pequeña banqueta para descansar cuando no hay clientes y ha colocado una papelera de plástico para mantener limpio el lugar de trabajo.

Sin embargo el negocio de Omar no es el único. Por allí aparcan también otros vendedores de mayor caché que tienen furgonetas y se dedican a vender ropa. La gente sube y baja de la camioneta para probarse, y según dicen los dueños, no les va nada mal. Pero Omar heredó el negocio de su padre y lo aprendió desde pequeño. Por eso, al parecer, logra salir a flote, gracias a ese enorme trasiego de gente -incluso la que compra ropa- venida desde algunos rincones de la ciudad, dispuesta a probar sus famosos trid y baghir, los únicos de la zona, y que a decir de todos, no tienen parangón.  

©lady_p

Si te gusta vota y comenta!

La sima del arcoíris

el BLog de Lidia nos invita a escribir un microrrelato o poesía inspioradas en la carta. En la creación debe aparecer la runa Alguiz.

En los confines del reino existía una profunda sima que nadie conseguía cruzar. Aquel fructífero bosque, poblado de árboles y molinos de vientos, representaba la salvación de los secos y áridos territorios del sur. El caballero se detuvo en el borde de la fosa, y mirando al cielo, imploró valor a los dioses para afrontar el desafío, mientras apretaba la runa Alguiz contra su pecho. Al instante un hermoso arcoíris se desplegó ante él uniendo ambas orillas y el jinete cruzó, exploró y regresó a su reino para ofrecer al rey las tierras más ricas y fértiles jamás soñadas…  

©lady_p

Si te gusta vota y comenta!

El corsé…

Desde el Blog ‘El bic naranja’ se nos invita a inspirarnos en la foto para escribir sobre el tema: ‘el periódico da la talla’

No me puedo creer que a estas alturas de la vida y con esta figura esté pensando en comprarme un corsé…Menos mal que está de oferta. La etiqueta no se lee bien, la letra es demasiado pequeña, pero la marca sí: está fabricado en Paris. Las varillas parecen muy flexibles, me ajustarán y estilizarán. Tendré que probármelo, con el frío que hace. Y luego compraré unas medias para el liguero…

Vaya contrariedad porque este artefacto debe ser muy molesto e incómodo… Y todo por un caprichito de mi George… No sé si daré la talla…

©lady_p

FEBRERO/2024

Si te gusta vota y comenta!

Fantasía

Imagen: Internet

Cada día veo pasar los barcos desde la ventana de la oficina. El gran ventanal parece un cuadro y yo lo miro anhelando hacer un poco de magia, la justa para  encontrarme en su proa degustando una taza de café, sentado junto a una mujer interesante y atractiva. La misma que me ignora a sabiendas que bebo los vientos por ella y al mismo tiempo me invita a visitarla cada día con claras intenciones: «Alberto venga usted a mi despecho para que le dicte…» 

©lady_p

Participación en “Fundación Cinco Palabras” este mes por invitación de Paff que nos anima con estas cinco: Barcos, oficina, magia, café y mujer.

Si te gustó vota y comenta!