El Blog ‘El Tintero de Oro’ convoca un nuevo concurso esta vez inspirado en “La Metamorfosis” de Kafka y nos invita a escribir un relato ‘donde el protagonista despierte a un mundo o realidad que contenga un aspecto que no acabe de entender’.
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Sara llevaba días sintiéndose extraña: el cuerpo dolorido, cansancio, jaqueca y una especie de erupción en la piel. Por la noche tenia pesadillas y una sudoración fría a la que no encontraba explicación. Sin embargo le restaba importancia. Se tomó un paracetamol y siguió con su vida. A fin de cuentas trabajaba desde casa y eso tenía sus ventajas, ella misma marcaba el ritmo.
El día que todo comenzó, Mariela, la asistenta, llegó antes de lo previsto y Sara le dio instrucciones de que no la molestase. Luego se trasladó a su despacho y cerró la puerta para aislarse y trabajar tranquila. Mariela la avisaría, como siempre, antes de irse. Mientras tanto le esperaba una intensa mañana de reuniones y videoconferencias.
A las tres en punto la asistenta golpeaba suavemente la puerta y le avisaba: «Marcho señora, tiene la comida en el microondas. Volveré pasado mañana.»
Pero Sara no salió a comer. Trabajó ininterrumpidamente durante todo el día, y llegada la tarde, se recostó en el sofá y se quedó dormida. Cuando despertó apenas se podía mover. Al mirarse comprobó que su piel se había oscurecido y recubierto por una especie de vello. Sufría una intensa cefalea y dolores en los costados, punzadas que provenían de unos bultos duros que empujaban la piel. Su cara y su cabeza habían adoptado una extraña forma. Aquel proceso era tan doloroso que sudaba y se retorcía en el suelo. Había perdido en parte su capacidad de pensar y era incapaz de llamar a alguien para que la ayudase.
De repente sintió un crujido al tiempo que todos sus huesos se alteraban o cambiaban de forma. Un instante después, comprobó que ya no tenía brazos sino varias patas negras vellosas que debía utilizar para moverse. Y dejándose llevar por su nuevo instinto se desplazó hasta un espejo y comprobó que se había transformado en una hermosa araña y que su nueva identidad la hacía sentir tan poderosa como desconcertada al experimentar inclinaciones y sensaciones nuevas, desconocidas y a la vez placenteras…
Así, encerrada en su despacho, mutando, permaneció los dos días siguientes hasta que de nuevo llegó Mariela quien, con la puerta semiabierta, se extrañó pues todo parecía estar tal y como ella lo había dejado. Nada más entrar se dirigió directamente a la cocina, comprobando que Sara no había comido, ni tan siquiera había bebido un vaso de agua. Sorprendida fue al dormitorio: todo estaba en orden y la cama sin deshacer. Entonces se preocupó y fue al despacho. La puerta permanecía cerrada. Pegó el oído pero no escuchaba nada: «¿Sara? ¿Está ahí? ¿Está bien?» Mariela miraba con extrañeza a su alrededor y temió que algo malo le hubiera sucedido. Así las cosas, se decidió a entrar. Colocó la mano en el pomo y comenzó a girarlo lentamente a la par que apoyaba la cabeza en el borde dispuesta a asomarla. El corazón el latía con fuerza en el pecho. Entreabrió la puerta, entró y encendió la luz. Apenas se volvió cuando se encontró frente a una enorme tela de araña, perfectamente diseñada, que cruzaba diagonalmente la habitación. La asistenta no podía dejar de mirarla con la boca abierta, estupefacta, sin dar crédito a lo que veía y sin darse cuenta que por detrás la acechaba Sara, ahora transformada en una araña gigante. Y cuando la tuvo cerca la empujó contra su tela para que quedara atrapada.
Mariela instintivamente comenzó a luchar para intentar despegarse. Gritaba de pánico pidiendo auxilio, pero su lucha era inútil. Aquellos hilos eran tan fuertes y pegajosos que resultaba imposible zafarse. Después de un rato braceando y pataleando, agotada, sin fuerzas, se rindió. Mientras, Sara daba vueltas en la habitación preparando el momento final antes de darse el festín. Giró y giró sobre Mariela hasta que la envolvió con hilos tejidos a tal efecto. Luego se acercó despacio, posó sus colmillos sobre el cuello e inoculó a su presa un veneno paralizante de resultado inmediato. Mariela la miraba fijo a los ojos, mostrando una mueca de terror en su rostro. Luego Sara la contempló dispuesta a engullir, poco a poco, aquel suculento manjar…
Al cabo de unas horas en la tela sólo quedaba algún despojo que dejó para más tarde. Satisfecha y con el estómago lleno, Sara descansaba en un rincón mientras recordaba, afilándose de nuevo los colmillos, que su compañera de piso volvería en un par de días tras una semana de viaje: no tenía más que esperar, la siguiente presa ya estaba en camino…
©lady_p
Hola, Lady P. ¡Qué buen relato! Inquietante, con un suspense creciente y un final muy acertado. Me ha gustado mucho. Mucha suerte en el concurso.
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Muchas gracias Marta. Aún no he leído ninguna, voy al tuyo primero. Un abrazo y suerte.
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Hola, Lady.
Un relato terrorífico. Si las arañas, de por sí, ya dan cierto yuyu, una de ese tamaño debe ser para salir zumbando. 😉
Una narración perfecta, con la intensidad y emoción necesarias para hacernos sentir como la presa de la protagonista.
Espero no encontrarme ninguna en casa, aunque sea pequeñona.
Felicidades.
Abrazo grande.
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Sí que dan yuyu paisano, me daba a mi escribiendo el texto. Un abrazo!
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Terrorífica y dolorosa metamorfosis la de la protagonista! Tal como lo has contado he podido imaginarme ese tremendo malestar en todo el cuerpo! Je, je! Y pobre Mariela, la primera víctima! Iba a decir que pobre Sara también, pero parece que su transformación ha sido total y ya está esperando a su siguiente víctima, sin ningún tipo de compasión! Terrorífica Sara! Un abrazote y mucha suerte en el concurso!
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MUchas gracias por tu lectura y por comentar. Un abrazo!
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Vaya terror que he pasado! uy buen suspenso y mejor final Felicidades. Merece alta puntuación. Un abrazo
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Me alegra que te haya gustado. Gracias por comentar. Un abrazo!
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Por si te confunde el nombre, este es el legal, Juana Medina es hace casi 10 años m seudónimo en el blog. Un abrazo
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Hola lady_p excelente relato, terrorífico, muy bien contado, realmente me gusta mucho.
Te felicito, un abrazo y buen fin de semana.
PATRICIA F.
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Gracias Patricia. Feliz finde también para ti. Un abrazo!
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Vamos que Sara se dio un festín con la pobre Mariela. Al principio casualidades de la vida, me recordaste la erupción que me ha salido en la mitad del cuerpo por culpa del medicamento agresivo que estoy llevando, no veas cómo pican las condenas… En fin, es lo que hay…
Un relato inquietante y aterrador hasta el final. Me ha gustado. Un abrazo Lady.
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Gracias Nuria. Cuida esa erupción, no se que…jejeje. Un abrazo!
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cuando se le acaben los visitantes habituales habrá un problema.
Porque es una araña glotóna. se ha zampado un humano casi entero de una sentada
Abrazo y suerte
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Cuánta razón tienes…Gracias por comentar! Un abrazo!
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Las arañas de por sí son repulsivas, y la de tu relato además es glotona y traicionera jajaja porque se quiere zampar a sus conocidas. Un relato muy bien narrado que nos deja con una sensación rara… espera voy a mirar detrás mío… jejeje.
Saludos y mucha suerte.
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Hola lady_p
Un relato bien contado que te hace revisar las paredes de casa. Espero no encontrarme ninguna araña, aunque sea pequeña.
Un abrazo y suerte.
Marlen
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Gracias Marlen! Un abrazo!
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Hola Lady_p. Relato de terror con una transformación arácnida que parece ser del gusto de Sara, no así de su víctima que no ha corrido mucha suerte. El instinto asesino se apoderó de ella, por encima de cualquier escrúpulo y consideración moral hacia sus ex-semejantes. Le deseo mejor suerte a la compañera de piso, pero visto lo visto no parece que la vaya a tener. Un abrazo.
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No. No le auguro buen futuro a la compañera de piso. Muchas gracias Jorge por comentar. Un abrazo!
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Hola, Lady_p, un relato que pasa de lo simbólico al horror, dejando al lector el regusto del festín que va a ir dándose, quizá por venganza o satisfacción, a partes iguales, por padecer tamaña desdicha.
muchas gracias por participar, mucha suerte y un fuerte abrazo
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Muchas gracias Pepe. Un abrazo!
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Hola, lady_p. Uf, qué agobio transmite tu relato. Llega uno a sentirse preso de la tela de araña de Sara. Bien lograda la atmósfera de terror. Suerte en el concurso y un abrazo.
Enrique Bravo
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Gracias Enrique. Un abrazo!
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Hola, Lady_p. Muy bien tratada la transformación de Sara en araña. Pobre Mariela. Cómo iba a saber que su jefa la esperaba para comérsela. Y ya viene en camino una nueva víctima. ¿Hasta cuándo durará la maldición? Sólo tú lo sabes…
Te deseo lo mejor en el concurso. Un saludo.
Bruno.
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Gracias por comentar! Un abrazo.
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¡Qué relato, Lady!, con esas siesta prolongada en que la cefalea era el peor de los males.
Me ha gustado mucho que definieras a la araña como hermosa, cuando todos o casi todos les tenemos cierta fobia, pero no deja de ser una animal poderoso con capacidades extraordinarias para hacer trampas y señuelos donde atrapar a sus víctimas. Un animal inteligente, tejedora y precisa.
Me ha guastado mucho, de entrada uno de mis relatos preferidos, por el modol manera kafkiana y el delirio.
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Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo!
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Por cierto, la pintura me encanta, por curiosidad ¿quién es el autor o autora?
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Sí es preciosa. Es una pintura de un pintor suizo: Félix Valloton (1899)
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Arañas…. son horrendas, algunos hacen el proceso al reves…. van de bicho a convertirse en bellas mujeres. Me ha encantado este relato de horror
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Gracias por comentar. Saludos!
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Hola, lady_p!!
Menuda historia kafkiana la que has escrito. Me parece muy original que Sara se transforme en una araña y que en ningún momento se convierta en víctima sino que incluso se siente bien con su nueva naturaleza. Me da pena Mariela y la fase final “la siguiente presa ya estaba en camino…” es escalofriante. Me ha gustado mucho. Suerte en el Tintero y un abrazo!!
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Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
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Lo siento por Sara, pero espero que cuando se den cuenta, avisen a los CazaArañas Gigantes. Como una especie de Caza fantasmas.
Pobre Mariela, sirvienta y devorada.
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Impactante relato, Lady_P, además de muy bien narrado.
Mucha suerte en el concurso.
Un fuerte abrazo.
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Me alegra que te guste. Un abrazo!
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Hola, Lady_P. Tu relato me recordó al mito de Aracne. Me pregunto si Sara habrá desafiado a Atenea para sufrir semejante castigo.
Suerte en el Concurso. Saludos.
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Quien sabe si como buena tejedora era descendiente directa de lidia… Gracias por el apunte. Un abrazo!
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Hola, Lady_p. El relato te atrapa como la misma telaraña de la protagonista. Muy bien narrado y te deja como debe ser, esperando no cruzarte con ninguna araña!
Un abrazo
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Me alegra que te haya gustado. Un abrazo!
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