
El médico, enfundado en una bata blanca impoluta, entró parsimonioso y se sentó frente a mí. Mi impaciencia era tal que me adelanté a preguntar:
−Dígame doctor ¿Cuáles son las razones del corazón que la razón no comprende?
−Véalo usted misma – dijo condescendiente, mostrándome la radiografía.
La miré perpleja. Comprobé las venas, arterias y capilares. Observé una maraña enrevesada pensando que toda ella conformaba una única razón, causa de mi padecimiento y de mi destino.
−Las principales arterias –prosiguió en tono serio− están colapsadas. Es posible que sufra un ictus ‘vital’ y si no lo remedia, podría producirse la muerte en vida.
−Y esa especie de nudo oscuro de la que parten, ¿no será la razón principal? –pregunté asustada.
−Ese ‘nudo’ –como usted lo llama- es el que conecta todo el entramado a su organismo. Ahí se concentran las emociones, por eso es la razón de ser de un corazón sano. Como ve hay mucha sombra y oscuridad de las que usted debería deshacerse si quiere sanar.
−Entonces ¿Cuál es el diagnóstico? –pregunté con inquietud.
– ‘Ausencia del ánima vitae’, más conocida como ‘ganas de vivir’.
-Y ¿Cuál es el tratamiento?
−Es muy sencillo. Valore cuánto posee. Lleve una vida sana: mucho amor y buena compañía. Limítese a vivir el día a día. Reúnase con la familia y los amigos. Quiera a quienes la quieren. Y apártese de quiénes nada le aporten. En unos meses su corazón tendrá sobradas razones para latir a buen ritmo. ¡Anímese!
©lady_p
Participación en reto «Escribe fino» desde el blog «elbicnaranja»
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Cierto Lady, si se pierde la ilusión, las ganas de vivir el corazón se resiente y entristece. Buen aporte. Un abrazo
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Muchas gracias Nuria! Un abrazo!
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¡¡¡SOBERBIO!!!
Qué magnífica y bella narración conjugando diagnóstico clínico y valoración emocional.
Enhorabuena, Lady.
Ojalá pudiéramos imponernos tu reflexión final. Es difícil, aunque no imposible. Un poquito cada día.
Gracias por compartirla.
Abrazo, paisana.
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Muchas gracias paisano! Es la reflexión que me hago algunos días cuando se me olvida…Un abrazo!
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Muy chulo, Lady. No puedo estar más de acuerdo con el tratamiento del ese doctor 😉 La sanación no siempre está en la medicina únicamente. Un abrazo.
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Muchas gracias Lidia! Un abrazo!
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Un mensaje meridianamente claro sobre las razones por las que somos nosotros quienes decidimos cómo mejorar y superar las trabas que aprisionan la mente. A veces el/la mejor psicólog@ es uno mismo.
Me gusta especialmente la referencia que haces al diagnóstico » ictus vital y si no lo remedia, podría producirse la muerte en vida». Enhorabuena por tu escrito.
Aprovecho para invitarte a comentar en marcosplanet.blog mi último artículo: «La máquina que transformaba el miedo en arte».
Saludos cordiales
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Muchas gracias Marcos. una gran parte de la salud emocional está en nuestras manos. Saludos!
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