El mercado de valores dio un vuelco: efectivamente se dispararon las acciones. La bróker suspiró aliviada y con enorme satisfacción lo puso en conocimiento de sus clientes inversores. La última hora había experimentado una sensación de vértigo desconocida hasta entonces. Respiró profundamente: «objetivo conseguido» pensó. Enseguida sonaron diferentes melodías en un móvil que ardía en llamadas y mensajes de felicitación. Su creatividad a la hora de invertir no conocía límites y su fuerza interior era tan tremendamente arrolladora que nadie dudaba de su empoderamiento en un parqué sólo al alcance de quienes saben arriesgar para ganar. Y ella lo sabía.
©lady_p
PD. Participación en concurso Fundación «Cinco palabras».