Desde el blog de Nuria, ‘Bitácora Literaria’, esta semana en ‘relatos jueveros’ se nos invita a escribir un relato o un texto en homenaje al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

Corría el mes de junio de 1931. La II República se había instaurado en España y por primera vez se celebraban unas elecciones generales en las que fueron votadas dos mujeres, que hoy por hoy, representan un referente en la lucha feminista por la igualdad de derechos: Clara Campoamor y Victoria Kent. Ambas se enfrentaron en el Congreso en representación de dos visiones diferentes y contrapuestas respecto al reconocimiento del voto femenino, pues mientras Campoamor lo reclamaba abiertamente y sin fisuras, Kent argumentaba que las féminas de entonces no estaban preparadas aún, debido a la influencia negativa que la Iglesia había ejercido sobre ellas, influencia que podría perjudicar a la República.
Las diferencias ideológicas y el intenso debate sostenido entre ambas no permitieron el acercamiento personal, por lo que su relación no tuvo proyección más allá del ámbito político.
La diputada Clara Campoamor luchó incansablemente por el sufragio universal femenino afrontando acaloradas sesiones en las que confrontó con su oponente. Para ella el voto femenino era un derecho inalienable, defendiendo que las mujeres tenían las mismas capacidades que los hombres por lo que podían participar en la política de pleno derecho, desmontando así la idea de sus contrincantes, quienes las consideraban manipulables basándose en su educación.
Por su parte Victoria Kent, igualmente feminista, defendía que había que esperar, que no era el momento adecuado porque el voto femenino, según su criterio, podía acabar beneficiando a los conservadores perjudicando así los posibles avances republicanos.
El impacto de dicha controversia acabó inclinando la balanza a favor de las premisas defendidas por Campoamor, y el sufragio universal para las mujeres fue incluido en la Constitución de 1931. Un logro que marcó un hito en la lucha por la igualdad de género en España.
En 1833 se celebraron nuevas elecciones. Por primera vez las mujeres españolas acudían a las urnas. La participación total de la población fue del 67%. No contamos con datos exactos desglosados por sexos pero se dice que hubo una nutrida intervención femenina. Y es que, parafraseando a Clara Campoamor: «La libertad se aprende ejerciéndola».
©lady_p