Rivales

En ‘Relatos jueveros’ desde el Blog de Mag ‘La Trastienda del Pecado’ se nos invita a un nuevo reto: escribir una historia sobre un ‘binomio fantástico’: Huevo/Castaña; Agua/Reloj de arena; Espejo/Viento; Libro/Gato; Estrella/Laberinto; Niebla/Escalera…

Escuchó caer los granos en el plato y saltó del asiento raudo y veloz. Comió despacio, relamiéndose. Tras la comida retornó a la butaca comprobando con asombro que su amo se había sentado y leía plácidamente. Ronroneó a sus pies, llamando su atención, rozando el rabo contra las piernas con la idea de hacerse notar. El amo bajó la mano y lo acarició. Pero el gato no dejaba de maullar y viendo que no se levantaba se atusó los bigotes y de un zarpazo volcó el agua del bebedero en señal de protesta. El hombre, que oyó el ruido, se incorporó paciente, apoyó el libro sobre la mesita y se dispuso a recoger el agua del suelo. Mientras, aprovechó el gato, saltó sobre el butacón y cogió el libro. Cuando regresó su dueño de reparar la trastada, lo encontró panza arriba, leyendo tranquilo y satisfecho: «Quien fue a Sevilla…»

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La excursión

Desde el Blog de Ginebra Blonde ‘Varietes’, este mes de abril se nos invita a escribir sobre el tema ‘Subliminal’ o “aquello que se ubica por debajo del umbral de la conciencia”.

Ángel era un nombre equivocado para él. Era un tipo envidioso, resentido, suspicaz y sumamente desconfiado. Incapaz de alegrarse del bien ajeno padecía una especie de manía persecutoria hacia su compañero de piso, un chico inteligente y con suerte a quien el éxito se le amontonaba tras la puerta. No soportaba tanta enhorabuena frente a su mediocridad. Le reconcomía por dentro la fama, la celebridad y el triunfo  constante de su compañero, y sobre todo le podía su sencillez y el que las cosas le salieran bien sin el más mínimo forcejeo con la vida. Sólo superaba a su amigo en fortaleza física: era más alto y grande que él.

A pesar de todo vivía simulando que lo apreciaba, que se alegraba de sus triunfos, aunque el veneno interior rezumaba por cada poro de su piel y esperaba paciente la oportunidad de poder asestarle el golpe de gracia. Solo tenía que estar atento y esperar.

Y a punto de acabar el curso, un día salieron de excursión a la montaña. Aunque Ángel no lo sabía, esta salida le proporcionaría la ocasión para vengarse.

Todo sucedió muy rápido. Decidieron escalar la cima de una montaña y en la bajada su compañero resbaló y se quedó colgado de una pared con los pies lanzados a un vacío de más de dos mil metros. Ángel lo observó con una disimulada sonrisa mientras sujetaba la cuerda que los mantenía unidos. Durante unos segundos lo miró fijamente a los ojos recreándose mentalmente en la idea de tener su vida en sus manos. El chico le pedía ayuda desesperadamente al tiempo que percibió en la mirada de Ángel un sentimiento de odio que no había visto hasta entonces. Y cuando pareció haber entendido el mensaje le dijo: «Sálvame la vida y estaré en deuda contigo para siempre».

Ángel valoró las consecuencias de semejantes palabras, pero no era suficiente, le podía el afán de venganza. Entonces se visualizó como el desdichado y doliente montañero que no pudo salvar a su amigo. Por su cabeza pasaron imágenes de la noticia en la prensa, las entrevistas, los golpes en la espalda, la compasión de los familiares y amigos comprensivos ante la desgracia… Y sin dudarlo abrió suavemente las manos y soltó la cuerda. Unos segundos después el cuerpo había sido engullido por aquel enorme y profundo vacío…

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La tesis

Para la convocatoria de este mes de abril en ENTC, tenemos la palabra SCHADENFREUDE, que viene a significar “alegría por el mal ajeno”. Esbozando esta idea se escribirá un relato que contenga 200 palabras como máximo.

Después de acabar la carrera, el máster y tres años de investigación, llegó el día de la lectura de la tesis. Emma estaba que no cabía en sí. Satisfecha, feliz de haber llegado al último trámite del doctorado. Como amiga invitada me acomodé en un asiento del Salón de Grados con el resto de invitados. Desde aquel sitio imaginaba que titubeaba, que se quedaba en blanco, que no encontraba la respuesta y hacía el ridículo…

Entró el tribunal y se colocó en su sitio. Luego, tras las previas presentaciones, comenzó el acto. Crucé los dedos para que algunas de mis fantasías se hicieran realidad. Y llegó su turno: Emma hizo una defensa brillante.

De repente, el miembro de mayor edad dejó de entornar los ojos y preguntó con la intención de ponerla en un apuro, al tiempo que yo esbozaba una leve sonrisa. Pero entonces el profesor más joven interrumpió recordando que esa cuestión no formaba parte del debate:  al parecer se había equivocado de tesis…

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El circo

Concurso mensual de microrrelatos organizado por Capital Radio y Fundae. Este mes de abril la frase que debe incluirse es: ‘salud y talento’.

A pesar de su enfermedad, Olivia ensayaba sin cesar en el desván de su casa. Soñaba con llegar a ser una gran malabarista y lanzaba al aire todo aquello que caía en sus manos: pelotas, naranjas, botellas…

Una mañana escuchó que una farándula había llegado a la ciudad y que una cabalgata recorría las calles anunciándose. Rápidamente salió con sus mazas y se mezcló con ellos, los acompañó e interactuó con la gente del circo que aplaudía su actuación. Un sueño hecho realidad.

Los vecinos la miraban asombrados mientras pensaban: puede que le falte salud y talento pero no voluntad.

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Mejor sin ti

El reto de ‘Cinco Líneas de Adella Brac’, este mes de abril nos invita a escribir con las palabras: mitos, muchos y punto.

No sé cuántos mitos había escuchado. Todos hablaban de heroicidad e imaginé que pronosticaban su valentía, su entereza. Seguramente fueron muchos. Pero llegado el momento le vi cobarde, miedoso y pusilánime. Todo en él era papel mojado. Milongas. Palabras que se llevó el viento en un instante. Estaré mejor sin ti, sin duda, aunque ahora no lo vea, aunque me duela. Estaré mejor sin ti. Y punto.  

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Buena presencia

Participación en el concurso mensual sobre abogados, este mes de abril deben incluirse las palabras: Razonar, formación, confesión, manido, primavera.

Intentaba razonar con mi cliente, una persona sin formación aunque su confesión parecía creíble. Se presentó en mi despacho con un traje manido, más propio de un mendigo o indigente. Ni siquiera se había afeitado y mostraba una barba oscura de varios días. Le hice una observación sobre la importancia de la buena presencia, explicándole que en un juicio todo es tenido en cuenta. Él bajó la mirada un tanto desconcertado y a continuación me explicó que no tenía otro atuendo mejor para una ocasión como esta y que cambiaba su look en primavera. «Bien» le dije. «Para esa fecha será el juicio».

Llegado el día cambió el vestuario y se rasuró la barba. Ahora lucía una camisa floreada que le infundía un aire más jovial y fresco. Pero no ganamos el litigio. Tal y como le había dicho, en un juicio todo es tenido en cuenta…

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Justicia

En la convocatoria del mes de abril ‘Escribir jugando desde el blog de lidia’ se nos invita a escribir sobre un nuevo desafía: descúbrelo.

El caballero se quitó la loriga y extrajo del interior una pluma de ave, símbolo del amor. Pidió al rey un juicio justo que le hiciera merecedor de su confianza y le concediera la mano de su hija por méritos propios. El desafío era que la pluma pesara más que una misteriosa bolsa, cuyo interior guardaba uno de los tesoros más preciado para el Rey.

Todos pensaron que el caballero no superaría aquella prueba. Pero cuando observaron la inclinación de la balanza todos gritaron: «¡Ohhh!» Entonces alguien preguntó: «¿Qué contiene la bolsa majestad?» Y el rey contestó contundente: «Lealtad».

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El autobús

Microrrelato para la ‘Fundación Cinco Palabras’, este mes de abril propuestas por Rafael Lobeto Lobo: vida, mar, océanos, arte y salvamento.

Mi vida transcurría en un mar de dudas, navegando en océanos de palabras malditas que me impidieron conocer el arte del buen amor. La maldición parecía haberse transmitido por línea materna: de mi abuela a mi madre y de ella a mí. Me preguntaba a diario si no habría alguna pócima que rompiera el hechizo, aquel mal de ojo que se sucedía en el tiempo, generación tras generación. El salvamento llegó el día que decidí subirme a aquel autobús que me llevaría a ninguna parte. Y nunca más volví a mirar atrás.  

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La despedida

Esta semana desde el Blog Escribe fino, en la convocatoria para ‘Viernes Creativo’, se nos invita a escribir sobre ‘la despedida’, inspirándonos en esta foto de Carole Bellaiche.
Fotografía de Carole Bellaiche

Ya sé que no te gustan las despedidas. Tampoco a mí me resulta fácil decirte adiós. Pero estoy convencido que será lo mejor para ambos. Continuar sólo representa una fuente de sufrimiento y de frustración. Y estoy cansado de esperar inútilmente.

Recuerdo la primera vez que te vi hace ya muchos años. Entonces tenías el pelo corto y la mirada inocente. ¡Éramos tan jóvenes! Sobre todo tú. Cuando me miraste encontré dolor dentro de ti. Luego supe que era verdad, que sufrías, que tu vida no era fácil y creí que era yo quien debía redimirte. Y sí, primero te salvé pero después te perdí.

Pasó el tiempo y vinieron muchas dificultades que afrontamos juntos hasta conseguir capear el temporal. Juntos logramos arrancar las malas hierbas de tu alma. Rescatar lo mejor de nosotros mismos para ofrecérnoslo y compartirlo. Yo tenía una fe ciega en ti y no supe ver lo que se avecinaba. Y tú te fuiste apartando poco a poco, te alejaste de mí sin que nada pudiera hacer para retenerte. Al final te dejé ir, aunque siempre pudiste contar conmigo y siempre estuve cerca cuando me necesitaste.

Pero ya no quiero estar. Es hora de caminar separados. De coger las riendas de tu vida y afrontar tu sola tu propia realidad. No me busques, no me llames, no me escribas. Ya no quiero saber de ti. Te lo digo porque es lo que grita mi corazón aunque sin acritud, sin rencor ni hosquedad.  

Espero que pienses en mí con la misma gratitud que yo lo hago. Te deseo una vida plena de momentos felices, de instante fugaces de alegría, de oportunidades y ocasiones que te proporcionen todo el bienestar que mereces…

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La entrevista

En ‘Relatos Jueveros’ desde el Blog ‘Neogéminis’ se nos invita a un nuevo reto: escribir una historia en la que la incomodidad forme parte del nudo del asunto.

Miki era tartamudo. Fuimos compañeros en el colegio y después en el instituto. Era un chaval estupendo pero su tartamudez me hacía sentir tremendamente incómoda. Recuerdo que lo pasaba muy mal cuando se atascaba. Me ponía nerviosa. Me aceleraba y tendía a completar sus frases. Era un chico inseguro y tímido, consciente de su dificultad para construir palabras y enlazarlas de corrido.

Pues bien, han pasado treinta años y Miki –Miguel Aguirre- es ahora un escritor reconocido, con algún que otro premio a sus espaldas. Escribe cuentos y relatos infantiles y el periódico me ha concedido el honor de entrevistarle.

Al principio, cuando me asignaron esta tarea, no sabía que era él. Pero recopilando información enseguida lo reconocí. Recordaba que se sentaba a mi lado en clase. Pero su continuo balbuceo se convirtió en una barrera insalvable para mí y me distancié.  

El caso es que tenía que volver a verlo. Peor aún. Tenía que entrevistarlo y no había manera de eludir aquel encuentro. Así que lo llamé por teléfono para quedar. Primero me presenté y luego le comenté que habíamos sido compañeros. Él contestó a todo con escuetos monosílabos o frases cortas. Y quedamos para el día siguiente en la cafetería del periódico.

A las 12.00 en punto un hombre alto y fornido me esperaba en la puerta. ¡Quién lo iba a decir! Aquel chico larguirucho, delgado y con espinillas en la cara, era un hombre atractivo, con un excelente aspecto. Intenté estar relajada y recordar que la tartamudez no estaba reñida con su brillantez como escritor.

Para mi sorpresa Miguel Aguirre, Miki, se expresaba apenas sin tropiezos. Me contó cómo fueron sus comienzos y lo terapéutico que había resultado escribir para niños, relacionarse con ellos. Su inocencia e ingenuidad le transmitieron seguridad y confianza. Me contó que toda la fluidez que le falta al hablar le sobraba al escribir. Que el silencio y la soledad de la adolescencia se convirtieron en espacios increíblemente creativos, pues gran parte de su obra la concibió en esa etapa.

La entrevista fue un éxito en lo profesional y todo un logro en lo personal. Recibí una gran lección de resiliencia y superación. Y aquella sensación de incomodidad que sentía ante su presencia se desvaneció para siempre.

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