Desde el blog ‘El Tintero de Oro’ se abre una convocatoria para participar con un microrrelato inspirado en el tema ‘La espera’.

Llegué puntual a la cita médica, a sabiendas que se retrasaría. Siempre es así. Subí en el ascensor hasta la tercera planta. La enfermera de recepción me recibió muy amable. Recordaba mi nombre, cosa que no me resultó extraña después de dos años de visitas asiduas.
La sala de espera estaba a medio gas. Los asientos alineados a la pared dejaban bastantes huecos que se fueron llenando con el paso del tiempo. Una señora con un cochecito de bebé atrajo la atención de todos.
Estaba nerviosa. Tenía un nudo en el estómago porque esta vez no era como las demás. Si todo iba bien me darían el alta y perdería de vista aquel hospital al menos por un año…Un año… «Ojalá» pensaba con cierta reserva.
Llevaba un libro e intenté leer pero no me concentraba. Me entretuve arreglando la mochila: fundas de gafas, cartera, monedero, pañuelos, llavero, un pequeño neceser y un libro….Todo iba encajando a la perfección. Y en medio de semejante operación, la enfermera se acerca y se dirige a mí en voz baja: «El doctor la está esperando».
Guardé rápidamente todo en la mochila y caminé despacio por aquel pasillo que parecía más largo de lo habitual. Llamé con dos golpecitos en la puerta que estaba entreabierta: «¿Se puede?». «Adelante pase usted» Respiré hondo y me senté ante el médico que miraba por encima de las gafas. Finalmente la espera había terminado.
©lady_p