En relatos jueveros, esta semana desde el blog de Neogéminis, el reto consiste en escribir un relato que trata sobre el ‘paso del tiempo’

Apenas llegué cinco minutos tarde. Recuerdo que corría y corría pero no llegué a tiempo. Para empezar el despertador no sonó. A continuación el tráfico estaba imposible, y para colmo, iba tan cargada que no podía andar más deprisa, así que perdí el tren. Sin resuello me senté en un banco del andén para recuperarme. Solté el bolso, la maleta y la mochila. Intenté respirar hondo y poco a poco recobrar el aliento. Luego me fui a la ventanilla a preguntar a qué hora salía el próximo y era muy tarde, sería imposible estar en el aeropuerto a la hora convenida. El avión partiría sin mí y todos los esfuerzos de este último año habrían sido inútiles.
«¿Qué voy a hacer ahora?» me dije a mí misma. Había planeado esta escapada pensando darme una oportunidad para reconciliarme conmigo misma y dejar atrás una mala racha en el trabajo y en la vida en general. Había pedido un permiso especial pues no se suelen conceder vacaciones en estas fechas del año, estando tan cercana la Navidad. Lo había preparado todo y convencido a mi amiga para que se quedara con Katia, mi perra, y todo para finalmente perder el tren…
Vencida por todos estos pensamientos cogí un taxi de vuelta a casa. Cuando llegué deshice el equipaje y pasé la mañana vagando por la casa hasta que llegó la hora de comer. Decidí salir a picar algo. Frente a mi casa, en el bajo de un edificio, ante una tienda de electrónica, se agolpaba un grupo de personas que miraban la televisión a través del escaparate. Me acerqué por curiosidad y pregunté «¿Qué ha pasado?» Un chico joven se volvió y me dijo: «El tren que salió esta mañana para Marsella ha descarrilado y ha habido muchos muertos…»
¡No daba crédito, era mi tren! Sentí que me fallaban las piernas. Me eché a un lado y me apoyé en la pared. Pensé que yo podría ser uno de aquellos fallecidos. Me sentí muy afortunada. Por cierto, descubrí que mucha gente me quería y todos se alegraron de que apenas por unos minutos perdiera aquel tren. La vida me ofrecía una segunda oportunidad y había que aprovecharla…
©lady_p
Hola Lady, la vida en ocasiones nos pone pruebas y nuestras decisiones son el resultado. En este caso perder el tren fue una bendición, una nueva oportunidad. Es entonces cuando no os damos cuenta de la importancia que tiene el reloj. Un abrazo
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sí, a veces creemos que perdemos pero ganamos…Un abrazo!
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No es raro que el azar nos juegue aparentes malas situaciones que nos salven, en definitiva, de un futuro peor. A veces el tiempo se encarga de acomodar nuestro camino. Buen aporte para reflexionar, lady. Muchas gracias por sumarte. Un abrazo. P D Necco no pudo dejar comentario aquí y te li dejo en mi blog
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Sí, casi siempre se cumple el refrán: el tiempo lo pone todo en su sitio…Un abrazo!
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La vida a veces nos sorprende y aquí fue para bien , esos minutos de retraso salvaron la vida de la protagonista, se podría decir que el destino y tiempo jugo a favor .
Un relato de incertidumbre, pero con final feliz.
Un besote, feliz finde
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Gracias Campi! Un abrazo!
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Asi sucede muchas veces…al leerte recordé el desastre del avión que se estrelló hace unos días alchocar con un helicoptero y la suerte de uno de los patinadores que no alcanzó a viajar con los otros competidores…o la de todos aquellos que aquel 11 de septiembre no pudieron llegar temprano a su trabajo…a veces renegamos de que no nos alcanza el tiempo y otras…uff….besitosss…suerte de tu personaje al no llegar a tomar ese tren..
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A los que se salvan no les debió legar su hora… Un abrazo!
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Las cosas pasan en un determinado momento, y no en otro y los resultados son como la mariposa esa que agita las alas . Otro tema es la causalidad de la pérdida del teen, que ahí sí que se puede especular.
abrszooi
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Gracias Gabi, un abrazo!
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En ocasiones, unos pocos minutos pueden variar el curso de nuestra existencia. En este caso, un ligerísimo retraso significó la diferencia entre la vida y la muerte. Un abrazo.
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Texto revelador en grado sumo, siempre me han entusiamados estos relatos en donde alguien salva la vida de un desastre debido a un contratiempo o aun cambio de planes a ultimo momento… SIEMPRE ocurren, en todo desastre hay alguien que se salva sin excepcion.
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Es cierto, el último segundo jugando a favor de alguien…¿Casualidad? Un abrazo!
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Es muy curioso lo que hace la mente humana con los eventos del azar al buscarles un por qué. En el caso de los accidentes que casi-ocurrieron los convierte en un toquecito de atención sobre nuestras vidas. Me viene a la mente la frase del Dr. House: «Casi morir no cambia nada. Morir lo cambia todo.»
Muy buen relato para esta convocatoria, lady_p.
Un besazo
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Muchas gracias Dafne. Un abrazo!
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Hola lady, en este caso el tiempo ha ido en favor de la protagonista, si no hubiera llegado tarde podría estar entre los fallecidos. Muy bueno tu relato.
Un abrazo!
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Gracias Dakota. Un abrazo!
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Hola Lady me encantó tu historia, me sorprendió su final, no lo esperaba.
Esa segunda oportunidad sin dudas sabrá aprovecharla, la viva y el tiempo no siempre la dan.
Un abrazo.
PATRIICA F.
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muchas gracias Patricia. Un abrazo!
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