Desde el blog “La trastienda del pecado”, en la convocatoria de ‘relatos jueveros, se nos invita a escribir un relato que tenga como telón de fondo algún fenómeno atmosférico: tormenta eléctrica, nieve. granizo, vendaval, ciclón, arcoíris…
Recuerdo que aquella noche nos habíamos acostado a la hora siempre. Mi hermano y yo nos quedábamos charlando un rato de una cama a otra mientras mis padres recogían el salón. Yo les veía deambular por el pasillo hasta que me dormía. De repente un estruendo me despertó. Escuché silbidos a través de las ventanas al tiempo que los rayos iluminaban la habitación y la lluvia golpeaban fuertemente los cristales. Cuando abrí los ojos las luces de casa estaban encendidas y todos levantados. Les escuchaba susurrar. Habían ido al balcón del salón y luchaban contra dos grandes persianas que colgaban inclinadas sobre la barandilla, intentando recogerlas y atarlas para que no se movieran. Entonces observé que a una de ella le faltaba la mitad que había caído a la calle y era arrastrada por el agua y viento.
Mi hermano se puso algo de ropa y un impermeable y bajó las escaleras dispuesto a capturar el trozo de persiana. Desde arriba le veíamos luchar contra ‘Eolo’. Casi no podía andar y avanzaba y retrocedía luchando contra la lluvia y aquel fuerte viento de levante que soplaba a rachas hacía ambos lados. De vez en cuando algunos rayos se dibujaban en un cielo oscuro y negro como boca de lobo. Poco a poco llegó hasta la persiana que se había detenido contra el borde de la acera. La enrolló, la cargó y la subió a casa mientras mantenía un nuevo combate contra los céfiros responsables de aquel vendaval.
Mis padres y yo lo recibimos como a un héroe. Y después de asegurar el resto de las ventanas, mi madre preparó chocolate para templarnos. Luego nos volvimos a la cama, aunque el viento seguía soplando, no tenía sentido pasar la noche en pie.
Cuando desperté, la cama de mi hermano ya estaba vacía y el día parecía calmo. Me levanté y les vi desayunando como si nada hubiera pasado: «Y la persiana ¿ya la habéis arreglado?». Todos me miraron con gesto de extrañeza: «¿Persiana? ¿Arreglado? ¿Qué has soñado esta vez…?».
©lady_p
Hay sueños que te parecen tan reales… Estupendo relato
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Podríamos decir que más que un sueño fue pesadilla, pues el viento, lluvia y a carreras por la calle más oscura que la boca de un lobo, no fue muy gratificante ver cómo el hermano se debatía ante el temporal en recuperar el trozo de persiana.
Menos mal, que todo quedó en un mal sueño y buen desayuno.
Feliz jueves, un beso.
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Gracias por comentar. Un abrazo!
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Los sueños se viven con intensidad y, efectivamente, los vivimos como si fueran reales. A veces incluso nos despertamos sobresaltados si en sueños nos sumergimos en situaciones de peligro. Me ha gustado lo bien dibujado que está el ambiente tormentoso en tus letras.
Un saludo.
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Gracias Pepe. Saludos!
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Un sueño muy real del que nos has sabido trasmitir la tensión con cada detalle, como justo la soño el protagonista! Je, je! Un abrazote!
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No deja de ser una suerte tener sueños con ese nivel de realismo. Hay que disfrutarlos cuando se dan. Son mágicos. Un abrazo
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Gracias Mónica. Un abrazo!
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Los sueños son como ventanas abiertas a una realidad que inexplicablemente al despertar no ha existido, pero que los vivimos con tal intensidad que es abrumadora. Buen texto Lady. Un abrazo
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Aunque fuera un sueño, ese chocolate reparador después de que el hermano rescatara la persiana me sabe a gloria. También me apunto al desayuno de la mañana siguiente.
Un relato inspirado y entretenido.
Felicidades, Lady_P.
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Pues hubiera jurado antes de llegar al final que era autobiografico, y no me refiero al sueño, sino lo que en él se narra. No sólo es verosímil, sino que es difícil de inventar.De modo que , después de los años, te sugiero que convenzas a tu familia de que confiesen el complot que urdieron para hacerte creer que solo fue un sueño.😜
Abrazoo
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Tan bien narrado que yo me lo creí y pensé que realmente estaban viviendo esa situación, me ha gustado mucho, saludos.
PATRICIA F.
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Muy agudo Gabi. Gracias por tu lectura y comentario. Un abrazo!
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Hola Lady_p soy PATRICIA F. de Artesanas de la Palabra, mi comentario de arriba salió con otro nombre porque cambié de computadora y no me permitia entrar, un abrazo.
PATRICIA F.
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Siempre he pensado que los sueños son una realidad paralela, una forma de vivir todo aquello que se queda dentro de nosotros; a veces con sentido y otras no se lo encontramos aunque lo tenga.
Tu sueño es muy realista, rápido y conmovido… ¿Será cierto de qué la vida sueño es? 🙂
Muchísimas gracias por acompañarnos una semana más en esta aventura de escribir.
Un beso enorme.
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Muchas gracias por leerme! Un abrazo!
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Muy bien, Lady_p, ese giro final me ha ganado. Todo muy plausible y, lo mejor, el chocolate. Morfeo nos puede llevar por lugares extraños a veces, aunque en este caso y, aunque la tormenta daba miedo, la experiencia familiar vivida fue maravillosa. Mis sueños no suelen ser tan buenos y los buenos sueños hay que recordarlos siempre, como tú has hecho.
Un beso.
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Gracias por leerme. Un abrazo!
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Qué bueno, había sido un sueño. Fíjate cuando te he ido leyendo me imaginaba de niña con mis hermanos y aquellas tormentas que solía haber entonces, y como yo era la más pequeña, me sentía protegida por ellos. Los hermanos siempre han sido nuestros salvadores.
Muy bonito relato.
Besos.
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Gracias por comentar María. Un abrazo!
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Hola, Lady.
Un relato que me representa mucho. Hay sueños tan vívidos y mi cabeza tiene tanta imaginación que, a veces, no sé diferenciar la realidad de las quimeras oníricas. Lo peor son las pesadillas, cuando se sueña que a alguien querido le pasó algo.
Buen relato, paisana, enhorabuena.
Abraaazoo.
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