
Vaya soplagaitas que está hecho mi jefe. ¿Es que no sabe ser amable ni hablar con educación? Somos trabajadores no esclavos. Dan ganas de soltarle cuatro verdades a la cara, empezando por su falta de higiene para acabar resaltando su escaso y burdo vocabulario. Me saca de mis casillas. Pero no lo va a conseguir. Voy a respirar hondo como me han enseñado y a devolver buenos gestos y mejores palabras. El tópico ‘predicar con el ejemplo’ creo que sigue vigente… Mañana en cuanto llegue le saludaré amablemente, con una sonrisa. A continuación me sentaré en mi mesa dispuesta a pasar el día en buena armonía con mis semejantes. No me haré mala sangre. No alzaré la voz y tendré pensamientos bonitos…¡Ay…!
©lady_p
Participación en el Reto de Microteatro desde el “Blog Literatureandfantasy”
Hola Lady, jeje, tu monólogo me ha recordado a la película Lo que el viento se llevó, cuando la protagonista dice: «a Dios pongo por testigo de que…», pues eso dicen tus palabras al final: mantendré calma aunque mi jefe sea un impresentable… De eso se trata, de calmarnos, meditar, escribir para no entrar en las malas formas del otro, es difícil, sí, pero no imposible. Tu monólogo es una muestra de ello. Quizá a ese jefe con nada amabilidad, habría que regalarle algún libro sobre la importancia de la amabilidad, sobre todo si se es jefe…
Mil gracias por participar.
Un abrazo. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí un manual de de buenas maneras y otro de `ética’ no vendría mal a nadie. Gracias! Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Hola Lady, bien por la protagonista, pasando totalmente del jefe. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy buen propósito por parte de la protagonista para no incendiar más el foso que hay entre ella y el ser que trata de imponérsele. A veces es una gran táctica para desarmar al enemigo.
Muy buen micro, lady_p. Enhorabuena!
Te invito a pasear por mi blog y comentar lo que desees.
Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona