‘Las Libertarias…’ Porque las mujeres no debemos olvidar…

Desde el Blog de Marifelita, relatos jueves nos invita ésta semana a participar en el reto ‘Mujeres en Guerra’.

El anarcosindicalismo fue un movimiento que nació en 1936 en España y persistió durante los años de guerra hasta 1939. Aunque su ideario reivindicaba la igualdad de las mujeres, fueron ellas quienes pensaron que debían crear su propia organización, protagonizar, liderar y desarrollar sus capacidades y correr sus riesgos. Las mujeres venían de una situación de opresión, de una falta total de libertad ante el matrimonio, sin poder salir solas de sus casas sino era acompañada por algún varón. Por otro lado, en el ámbito laboral, eran explotadas y percibían la mitad de salario que los hombres. También fueron discriminadas entre sus iguales por su estatus económico pues a las de clase media se les permitieron ciertos derechos que para nada se hicieron extensivos a las clases trabajadoras.

En este clima nacieron las ‘libertarias’, cuyas fundadoras fueron todas activistas y estuvieron involucradas en los sindicatos, participando en las acciones de protesta. Muchas, casadas con sindicalistas, descubrieron muy pronto que la pretendida igualdad que sus maridos proclamaban en reuniones y en las calles a voz en grito, no eran sino consignas defendidas teóricamente, con la boca pequeña y de puertas afuera, porque de puertas adentro esa igualdad estaba bien vista para las esposas de los demás pero no para la propia… No era sino un feminismo de boquilla. Así que los hombres se tomaban en serio a las mujeres en los espacios donde se debatía. Ahí les dieron voz, sí, pero al llegar a casa enmudecían. El enfoque de las Mujeres Libres aspiraba a tomar conciencia de que su situación y sus problemas eran inseparables de los problemas sociales de la época y presionaron con su movimiento para que se les reconocieran sus capacidades, organizando para ello, dicho movimiento.

En 1934 fundaron la revista Mujeres libres utilizada como altavoz para la difusión de sus ideas. El movimiento creció y creció y para 1936 contaba con 25.000 integrantes. Se trataba de una revista para mujeres, escrita por mujeres que vetó la participación de los hombres (aunque hubo alguna excepción) Todo un logro. En mayo del 36 (poco antes de estallar la guerra) se publicó el primer número, de cuya primera página extraigo lo siguiente:

Sin que pretendamos ser infalibles, tenemos la certeza de llegar en el momento oportuno. Ayer hubiera sido demasiado pronto; mañana demasiado tarde. Henos pues, aquí, en plena hora nuestra, dispuestas a seguir hasta sus consecuencias últimas el camino que nos hemos trazado; encauzar la acción social de la mujer, dándola una visión nueva de las cosas, evitando que su sensibilidad y su cerebro se contaminen de los errores masculinos. Y entendemos por errores masculinos todos los conceptos actuales de relación y convivencia: errores masculinos, porque rechazamos enérgicamente toda responsabilidad en el devenir histórico, en el que la mujer no ha sido nunca actora [sic], sino testigo obligado e inerme…

Además de su activismo político y sindical, las mujeres libertarias participaron en el frente de batalla, en hospitales y en la educación, desafiando los roles tradicionales de género y demostrando su capacidad para contribuir a la causa revolucionaria. Su legado sigue siendo un referente en la historia del feminismo y el anarquismo en España.

©lady_p