‘Tempus fugit…’

Desde el blog ‘Alianzara’ este mes de marzo se nos invita a escribir un relato basado en la ‘percepción del tiempo’

Dicen los, filósofos, los físicos y los eruditos que el tiempo en realidad no existe, aunque a la par formulan diversas teorías sobre su percepción. Yo sólo sé que cuando me siento bien o estoy a gusto, quiero que el tiempo pase con mayor lentitud y cuando sufro o lo paso mal, tengo la impresión de que los minutos se ralentizan, aunque yo quisiera acelerarlo…

Esa es la experiencia cotidiana del paso del tiempo, no obstante, lo que voy a contar es un suceso extraordinario ocurrido durante mi adolescencia, un verano que pasé en el pueblo de mis abuelos, un lugar idílico en medio de un bosque en el que tuve una insólita experiencia.

Como cada mañana salí a dar un paseo con Dana, una galga de cuatro años adoptada por mis abuelos. A la pobre la iban a sacrificar y ellos la salvaron. Es lista, agradecida y veloz. Como decía, salimos al amanecer. Dana corría de un lado a otro curioseando y oliendo sin parar cuando de repente la vi detenida y escarbando la tierra.  La llamé y como no hacía caso me acerqué, comprobando que entre la tierra removida había un objeto: Dana había encontrado un reloj de bolsillo, dorado, desgastado y con una inscripción en latín: «Tempus fugit». Yo no sabía qué significaba. Me gustó. Le di las gracias a Dana por encontrarlo. Lo guardé en el bolsillo y seguimos caminando.

Al llegar de vuelta a casa se lo enseñé a mi abuelo. Él me dijo que aquella frase significaba «El tiempo vuela». Lo limpiamos y lo abrimos. La esfera era blanca. Tenía minutero y segundero. El abuelo le dio cuerda y dijo que era muy extraño que aún funcionara, sobre todo porque el suelo del bosque es muy húmedo. Sin embargo, milagrosamente, el reloj funcionaba.

Por la noche, ya en la cama, me entretuve mirándolo y comprobé que había adelantado cinco minutos así que volví a ponerlo en hora y entonces ocurrió. La habitación comenzó a girar. Primero despacio y luego rápido. Hasta que paró de nuevo. Estaba mareado y no podía ponerme de pie. Cuando por fin abrí los ojos, la habitación había cambiado, la decoración era otra. Las pareces tenían papel pintado, los muebles no eran los mismos. No sabía qué pensar, así que decidí buscar al abuelo. Salí de mi cuarto, todo estaba distinto. Miré por los barrotes del pasamano de la escalera y vi a una pareja joven con un bebé entre los brazos: eran mis abuelos y aquella criatura sin duda era mi madre.

De repente comprendí que aquello tenía que ver con el reloj, con el tiempo. Por alguna razón que yo desconocía al atrasar el reloj también retrasé el tiempo. Y allí estaba yo, perdido en una época que no era la mía pues faltaban muchos años para que yo naciera.

Curioseé la planta de arriba, miré un buen rato a los abuelos y me volví a mi habitación. No sabía qué hacer ¿Y si ya no volvía a mi tiempo? ¿Cómo lo explicaría? ¿Me criaría junto a mi madre como si yo fuera su hermano mayor? ¡No podía creerlo! ¡Estaba asustado!

Pasé gran parte de la noche en vela, escuchando el llanto de mi madre en la cuna. Asustado, sin encontrar respuestas. Hasta que me dormí…

Al despertar observé que la habitación había cambiado de nuevo. Escuché a la abuela llamarme para el desayuno y comprendí que el tiempo se había acoplado de nuevo: el reloj había vuelto a adelantar cinco minutos.

Me vestí y bajé corriendo. Escuché a la abuela refunfuñar detrás de mí: «dónde irá este chico con tanta prisa». Corrí y corrí hasta adentrarme en el bosque. Entré hasta el fondo de una gruta. Cavé un agujero profundo y escondí el reloj, asegurándome de que nadie lo encontrara. Luego regresé agitado y nunca jamás comenté a nadie lo ocurrido…

©lady_p 

14 comentarios sobre “‘Tempus fugit…’

  1. Realmente es aterrador . Viajar en el tiempo hasta incluso antes de haber nacido. Que angustia he sentido. Por suerte el protagonista pudo poner remedio y ocultar el reloj. No me extraña que corriese hasta la gruta como alma que lleva el diablo. Muy buen relato Lady, un abrazo

    Le gusta a 1 persona

  2. ¡Hola, lady_p!

    ¡Qué historia tan imaginativa y tan bien llevada! Dana encuentra un reloj y quién le iba a decir al protagonista que se trata de un reloj mágico. Me encanta esa inscripción en latín “tempus fugit” que le da un toque de misterio y antigüedad.

    Y qué buena esa parte en la que el reloj se adelanta y el protagonista al ponerlo en hora viaja al pasado viendo a sus abuelos jóvenes y a su madre aún siendo una bebé.

    También me encanta como has resuelto el conflicto: “el tiempo se había acoplado de nuevo: el reloj había vuelto a adelantar cinco minutos”. Esos cinco minutos son la clave de vivir en el presente o en el pasado.

    Y al final el protagonista no quiere arriesgarse a quedarse atrapado en el pasado por lo que esconde el reloj para que nadie lo encuentre. Me gusta, porque la experiencia de viajar al pasado sin desearlo le ha resultado aterradora y lo que no quiere para sí mismo tampoco lo quiere para los demás.

    He disfrutado mucho leyendo tu historia, lady_p. ¡Muchas gracias por participar en el reto de este mes y un fuerte abrazo!

    Me gusta

    1. Hola Cristina, me alegra mucho que te haya gustado y hayas hecho una lectura tan amable. Estoy encantada de colaborar con tu blog.
      Por cierto, ye envío el link de uno nuevo que he abierto wue nada tiene que ver con el del SueñoDeMorfeo porque este está dedicado a visibilizar a las mujeres que hicieron historia y destacaron en diferentes campos: ciencia, literatura, historia, arte…
      Si quieres entrar y echar un vistazo. Me gustaría conocer tu opinión.
      Un abrazo!
      https://feminaeblog.wordpress.com/

      Le gusta a 1 persona

  3. Muy buena historia Lady_p un tanto aterradora, pues el solo hecho de modificar el tiempo da miedo, ir al futuro y ver nuestro final debe ser desgarrador o ir al pasado, puede mostrarnos cosas que no quisiéramos haber visto.

    Tu historia es hermosa y disfruté leerla, un abrazo.

    PATRICIA F.

    Le gusta a 1 persona

  4. una experiencia traumatica. Tendriás que cuidar de tu madre en vez de ella de ti. Y que ni le pasara nada, porque iba tu vida en ello. Aunque si te acuerdas de los números de la primitiva de la semana pasada, podría hacerse rico dentro de 30 años o así.😝

    Abrazooo

    Le gusta a 1 persona

  5. he escrito a este reto y he visto que Cristina tiene el blog de modo que para comentar no hay wue inicias sesión de WordPress ni Facebook ( aunque salgo anónimo).

    Te lo digo por la gente que te dice enel tintero o en los jueves que no puede comentarte.

    abtazoo

    Le gusta a 2 personas

  6. Me ha parecido una historia breve pero cautivadora, que mezcla elementos de introspección cotidiana con un toque de fantasía y misterio temporal. El comienzo, con esa reflexión sobre cómo percibimos el tiempo según nuestro estado emocional, establece un tono íntimo y universal. Es una observación sencilla pero efectiva que conecta al lector con el narrador antes de sumergirlo en lo extraordinario. Esa transición de lo mundano a lo fantástico es un recurso bien utilizado que da peso a lo que viene después.

    El pueblo de los abuelos, el bosque y la galga Dana crean un escenario idílico y nostálgico que contrasta con el giro extraño que toma la historia. La descripción del amanecer y la interacción con Dana aportan calidez y naturalidad, haciendo que el hallazgo del reloj de bolsillo se sienta como un momento mágico dentro de un entorno familiar. Es un telón de fondo perfecto para lo que sigue.

    El reloj de bolsillo con la inscripción «Tempus fugit» («El tiempo vuela») es un símbolo poderoso. Su antigüedad, su estado funcional pese a la humedad del bosque y su capacidad de alterar el tiempo lo convierten en un objeto fascinante y enigmático. La historia aprovecha este artefacto para explorar una idea clásica de la ciencia ficción y la fantasía: ¿qué pasaría si pudiéramos manipular el tiempo?

    El momento en que el narrador viaja al pasado al ajustar el reloj está narrado con una mezcla de asombro y pánico que resulta creíble. La descripción del mareo, el cambio en la habitación y el descubrimiento de sus abuelos jóvenes con su madre bebé generan una sensación de desconcierto que refleja el estado mental del protagonista. Sus preguntas («¿Y si ya no volvía a mi tiempo?») transmiten su angustia y hacen que el lector se involucre emocionalmente.

    En resumen, me ha gustado mucho esta lectura, lady.

    Felicidades.

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario