Desde el Blog ‘Varietés’, Ginebra nos propone escribir un relato sobre ‘un verano de fotografía’ inspirado en una serie de imágenes de conocidos fotógrafos.

De Úrsula se decía que era una mujer rara, o sea, diferente, singular. Y es que vivía según sus propias reglas, a su modo y manera. La opinión de los demás poco le importaba porque según sus propias palabras «sólo se vive una vez».
Hacía muchísimo tiempo estuvo casada con el que fue el único amor de su vida. Por desgracia ella y su marido sufrieron un grave accidente poco tiempo después de casarse. Él murió en el acto y ella se quedó sola. Nunca más volvió a casarse. Su historia era vox populi y se contaba a los recién llegados como una leyenda o anécdota que todos habían asumido como propia. Por lo demás, Úrsula era muy querida y todos aceptaban con discreción una peculiar forma de vida que inspiraba grandes dosis de respeto y tolerancia.
Según cuentan los vecinos, tras padecer aquel enorme revés se aisló demasiado, se volvió callada e introvertida y poco a poco se fue quedando sola y así ha vivido durante los últimos treinta años. Da la impresión de haberse quedado atrapada en el tiempo pues ni su atuendo, ni su peinado, ni sus costumbres, guardan consonancia con los tiempos que corren.
Úrsula es metódica y asienta su vida sobre una rutina que no entiende de festivos, ni distingue los fines de semana, con la única excepción de que los sábados, inviernos y veranos, pasa la mañana en la playa, leyendo y escuchando la radio en un viejo transistor, con el volumen un poco alto porque le falla el oído.
El caso es que hace unos días salió su foto en un periódico local. En la imagen aparece en primer plano vestida con una chaqueta, un pañuelo fino cubriéndole el pelo porque hacía corría un poco de aire. Calza unas sandalias negras que dejan ver un apósito en el tobillo derecho, y porta en las manos su bolso y su hamaca a rayas. De la actitud del resto de personas parece desprenderse que no llama la atención a pesar de su extravagante apariencia. La noticia la encabezaba un titular: «Los turistas invaden nuestras playas».
El artículo resaltaba la fuerte presencia del turismo extranjero en las playas de la localidad y subrayaba el contraste que los foráneos representan por su forma de vida y sus costumbres, respecto al resto de autóctonos. El texto señalaba las peculiaridades de esta señora, erigida como modelo, frente a los demás usuarios a los que calificaba de ‘normales’, tanto en cuanto llevaban una indumentaria más acorde y apropiada al contexto playero. Sin embargo a nadie se le escapó que lo verdaderamente curioso era el periodista, recién incorporado a la plantilla del periódico, una de las pocas personas que ignoraba que Úrsula no es extranjera sino natural y vecina conocida del pueblo, a partir de ahora inmortalizada en una foto gracias a la ignorante curiosidad de un joven reportero.
©lady_p
Muy bueno, Lady.
¡Qué de cosas cuentas en este breve relato!
Me encanta la fotografía, aunque la tengo algo abandonada, y siempre he sentido curiosidad por lo que cuenta una simple imagen. A veces, el fotógrafo es capaz de enriquecer mucho una simple escena; otras, como la de tu cuento, dice tan poco que el periodista se cree con el derecho de inventar la historia.
También hablas de esa soledad que, por desgracia, acontece más a las mujeres y, sobre todo, de anteriores generaciones. Mi abuela podría verse reflejada en Úrsula, porque nunca abandonó el negro y cuando estaba sola se la veía tristona y nostálgica; pero, por suerte, pudo disfrutar de una familia alrededor que la sacó de esos baches; vivíamos todos en la misma casa.
Como colofón, comentas esa fama involuntaria con la que hoy en día se le obsequia a cualquiera, aunque no lo quiera. Yo no soy de hacerme fotos ni con la familia, así que me dolería que alguien se tomara la libertad de usarme para sus reportajes. Pobre Úrsula, encima de lidiar con lo suyo, tiene ahora que verse relegada a turista en su propia tierra.
Me encantó el relato. Podrías presentarlo al VadeReto de Agosto. 😉
Aunque prefiero que nos regales otra historia. 🤗👍🏼
Felicidades, Paisana. Abrazo grande.
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Gracias paisano por tus generosos comentarios. A mi también me encanta la fotografía, y aunque ahora ando un poco en dique seco, tengo el proyecto de salir al menos una vez a la semana, cuando pase el verano y la tarde caiga un poco antes.
Esta fotografía me recordó a los personajes que pululan en nuestras playas ofreciéndonos papas fritas, refrescos o vestidos…Quizá escriba sobre ello en Vadereto. Un abrazo!
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Las fotografías cuentan tanto! Y tu has captado tantos detalles de ella que has construido un dulce relato! Grande esta Úrsula! Me ha encantado tu entrañable personaje y su tierna historia!
Un abrazote Lady_p! Te deseo un feliz verano!
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Me alegra que te haya gustado. Un abrazo y feliz verano para ti también.
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Gracias al reportero quedó inmortalizada. Pero que verdad que es que solo se vive una vez. Úrsula dejó de estar sola, cientos de ojos la acompañarían a partir de ese día cada vez que vieran su foto. Triste y bella historia. Un abrazo
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Gracias! Un abrazo!
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¡Muy bueno, Lady! 😀 Hay fotografías que cuentan tanto que ni un tocho de libro podría describir todo lo que se encierra en ellas, pero la magia surge a veces y somos capaces de captarlo. Me ha gustado mucho.
Saludos. AlmaLeonor_LP
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Muchas gracias Alma, me alegra que te guste. Un abrazo!
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Hola Lady, la señora Ursula tiene razón, solo se vive una vez, así que cada uno que viva como quiera. Una fotografía simpática a la que has sacado mucho partido.
Un abrazo!
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Muchas gracias. Saludos!
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