Dos okupas y un destino…

Después de una larga jornada de trabajo, volví a casa. Al llegar observé que en mi sitio habitual estaba aparcado un viejo Ford familiar, lleno de enseres hasta los topes. Aparqué donde pude. Me bajé. Metí la llave en la cerradura de la puerta y la abrí…Y allí estaban ellos: una extraña pareja de jubilados haciendo una barbacoa en mi jardín…

Paralizada, temblorosa y asustada, no daba crédito. La señora, parada en la entrada de la cocina, se adelantó y dijo amable mientras miraba a un señor que atizaba el fuego:

−Wen, por favor, haz las presentaciones, ¿no ves lo asustada que está?

Él le devolvió la mirada, se acercó y me tendió la mano:

−Hola, somos Wen, de Wenceslao, y Úrsula.

−Los okupas –interrumpí en tono sarcástico.

−Pero explícale Wen, explícale –insistía su mujer.

Él parecía dudar. Miró a su mujer, luego a mí, y finalmente, dijo:

−Creo que mejor te lo contamos mientras comemos. Como ves todo está preparado y la carne a punto. Ven, siéntate con nosotros. Estás en tu casa…

−Ya…¡Es que es mi casa! –Afirmé rotunda y seca.

Nos sentamos. Me llamó la atención que supieran dónde estaba todo: vajilla, cristalería, cubiertos, servilletas…¡Incluso el vino! Y hasta Cara, mi galga, había hecho buenas migas con ellos y ya se había colocado junto a él, a ver si conseguía un trocito de carne…

Wen, manitas de profesión, y Úrsula, costurera experimentada en arreglos, se habían jubilado a los 75 años. Vendieron su piso y se marcharon de su ciudad a la aventura. El plan era recorrer el país mientras tuvieran dinero, y a la vuelta, ingresar en una residencia de mayores. Pero les robaron, enfermaron y se refugiaron en la primera casa vacía que encontraron. Días después, sorprendidos por la dueña, le explicaron su mala suerte y la persuadieron para quedarse ofreciendo sus servicios para compensar los gastos.  

Todo acabó tan bien que convirtieron la casualidad en estrategia. Y así fue como llegaron a mi ciudad, a mi urbanización y a mi casa.

Aquella pareja de ancianos, tan excéntrica como encantadora, me sedujo hasta convencerme…Y se quedaron, colaboraron y se marcharon…

Toda una experiencia…

©lady_p